Aprovecho este medio para expresar mis ideas con el mundo, con mi país o con el pequeño grupo de personas que me siguen (quizás con todos al mismo tiempo). Me lleno de orgullo cuando veo gente trabajando duro y no me refiero a puestos gerenciales solamente ni a los ejecutivos que visten de traje y calzado formal, también hablo de aquellos que recorren las avenidas de cabo a rabo, bajo sol o lluvia, buscando dignamente el pan de cada día, vendiendo lo que pueden (frutas, cargadores de celulares, lentes, maníes, etc…). Siento una profunda admiración por las personas que se ganan lo mucho o poco que tienen con esfuerzo, algunos usan en mayor medida sus pies, otros las manos y otros, sus mentes; de manera paulatina y como hormiguitas, cada uno se levanta con una motivación intrínseca de superarse todos los días.
Resultados… Todo el mundo quiere resultados, las empresas con sus estados financieros y el ROI, el que trabaja con los bienes que puede adquirir, los profesores en las universidades, los que se enamoran y lo que buscan obtener… Positiva y negativamente, nuestras acciones son medidas en resultados y muchas veces esos resultados deben ser inmediatos por presión tanto interna como externa, no hay tiempo para tomar tiempo y no hay tiempo para esperar en la espera. Siento que las corrientes buscan empujarnos hacia un comportamiento automático donde hacemos las cosas porque es lo que se espera que hagamos y desconocemos el por qué lo hacemos y entonces, aquella motivación intrínseca que mencioné anteriormente, se difumina y se esconde detrás de la rutina y perdemos posteriormente la pasión y el sentido de lo que estamos haciendo.
Trabajamos para obtener resultados pero para qué y por qué queremos esos resultados son las preguntas que nos debemos hacer… Convertirnos en grandes marcas, tener mayores volúmenes de ventas, ser el mejor empleado, ganar mayor comisión o buscar los 100 pesos para la comida de hoy; son algunos de los objetivos que la gente que tanto admiro se fija diariamente. Sin embargo me pregunto ¿Estamos poniendo amor en lo que hacemos? ¿Estamos agradecidos? ¿Realmente tenemos un propósito claro distinto a los resultados inmediatos que queremos? ¿Cuál es la visión a largo plazo? ¿Lo que hacemos dejará una huella positiva para nuestra sociedad? ¿Estamos utilizando el poder correctamente?
No importa qué oficio (siempre y cuando sea digno) tenemos, importa cómo lo hacemos. No importa si no tenemos resultados inmediatos, lo que realmente importa es el amor y la pasión con que lo hacemos porque a la larga, la vida es una carrera de resistencia y no de velocidad. Si no estás apasionado o apasionada por lo que haces, te invito a que sigas buscando porque al final, no importará cuánto vendiste ni cuánto ganaste sino lo que sentiste en el proceso de conseguir esos resultados.
La motivación es necesaria para evitar la rutina y la automatización de nuestro comportamiento, no somos robots, somos humanos.
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